domingo, 27 de abril de 2014

Dueño de tu Destino

Mirando de lejos y un tanto de cerca la vida de algunas personas es imposible no inferir y comparar con la nuestra y es que al final es el resultado de años, experiencias y momentos los que crean la personalidad de nuestro ser y todos queremos ser lo mejor y no todos lo consiguen probablemente porque se negaron a ver con claridad lo que siempre estuvo claro y es que nuestro sufrimiento muchas veces es resultado de nuestras malas decisiones pero mirando, hurgando, siempre encontramos algo que nos hace sentirnos mejor con nuestras vidas al ver la de otros realmente terrible con vidas sufridas que creen no tiene retorno porque el tiempo, la vida y la costumbre les enseñaron a ser lo que son y no quieren cambiar por temor o sencillamente cosas que nos inspiran a aspirar más de lo que somos y tenemos y en cualquiera de los dos casos inspiración a tomar decisiones que puedan reafirmar o cambiar nuestros destinos porque todo nuestro futuro está basado en las decisiones y actitudes con que asumamos nuestro presente. Y en mi caso en particular me siento feliz con mi presente porque veo un futuro limpio, bonito, estable, rico, feliz pues. Feliz porque la vida con sus golpes y mis malas decisiones me han hecho entender el propósito de ser más fuerte, valiente, exitosa, luchadora y emprendedora con todos los sueños y metas que Dios en su infinito amor me impulsará a cumplir, porque al fin decidí ser feliz sin darle el poder a nadie de hacerme sentir bien o sentir mal porque la paz interior y la felicidad están dentro de mi y lo tengo todo para serlo. Y es que aprendí a ser feliz en lo mucho y en lo poco. Aprendí que sonreír es bueno para el alma por que como decía el maestro García Márquez: “Sonríe siempre, sonríe aunque estés triste porque no sabes si alguien se pueda enamorar de tu sonrisa” Ser feliz depende de ti. Así que has lo que quieras, lo que más te gusta, observa a tu alrededor y sonríe con cada regalo de la vida y de nuestro creador que es un Padre amoroso, que nos acaricia con cada suspiro y el viento que nos rosa la cara, que nos da aliento de vida y cada día renueva sus misericordias en nuestra vida. Dale el control y deja que actué. Sé dueño de tus decisiones y deja que Dios sea el dueño de tu destino. 

Tu Reflejo

Levantarse y sonreír después de mil batallas con una misma derrota, persistir en lo que no deberían ser nuestras luchas porque si hay algo individual con sus ganancias, son las luchas. A veces luchamos solos, a veces queremos ayuda pero las peores luchas son las que nos adjudicamos como nuestras cuando en realidad no lo son.

Querer no es poder, no todo lo que queremos es para nosotros pero a veces ganamos tanto cuando perdemos, ganamos libertad, ganamos experiencia, ganamos sabiduría, salimos de esa apnea perenne muriendo cada día sin morir. Hay tantas etapas difíciles en nuestras vidas que nos edifican desde el fondo del dolor, donde no respiramos, donde cada recuerdo te recrudece lo que un día fue felicidad y te eleva hasta el cielo para luego lanzarte a un profundo acantilado donde vuelves una y otra vez. 

Pero si hay algo que he aprendido es que lo difícil nos prueba a nosotros mismos de lo que somos capaces y nos ayuda a reinventarnos cuando no tenemos otra opción más que seguir y es allí que la obligación de sobrevivir porque sí, se convierte en obligatorio, nos impulsa a buscar estrategias para levantarse, de sonreír ante la adversidad y agradecer confiados a Dios porque sabemos que pudo ser peor y porque Él en su poder divino nunca nos dará cargas que no podamos soportar, y miras tus fantasmas a la cara y entiendes, asumes y aceptas que están ahí por un motivo, y probablemente en ese momento duele tanto que no eres capaz de ver el propósito de ellos pero luchas, batallas con ellos, nunca en contra porque son ellos quienes te hacen ser quien eres y eres tú quien decides lo que obtendrás de ellos antes de dejarlos partir y apuesta siempre al positivismo porque debes saber que siempre pudo haber sido peor. Y te das cuenta que lo que tanto amaste, que lo que has perdido será ganancia para tu futuro aunque en ese momento no lo entiendas. Tantas veces asumimos cosas sin ver la realidad y preferimos huir, callar, pero jamás podemos huir de nosotros mismos y tal vez es de la peor forma que nos toca asumirla, y a veces es de la forma más abrupta que logramos abrir los ojos porque sólo así podremos cambiar eso que nos lastima y a lo que nos aferramos, porque son los apegos los que nos limitan y no nos dejan seguir, porque cuando tenemos la libertad espiritual de decidir por nosotros mismos y apostamos a nuestra victoria todas las batallas que están por venir serán ganancia.

Ayer vi cara a cara lo que una vez fui, y cuán diferente es verte reflejado en alguien más que vive tu misma situación y tal vez un poco más jodido, ojalá fuéramos capaces de ver nuestras vidas desde afuera, desde los ojos de quienes nos observan, ojalá fuéramos capaces de tener un espejo para ver transcurrir lo patético que pueden ser esos errores que cometemos por tontos, por idiotas o ilusos porque quien vive de ilusiones muere de desengaños, por querer a alguien más que a nosotros mismos, de creer que amar es poseer cuando sólo cuando hay libertad espiritual somos capaces de discernir lo que es el amor cuando primero nace de nosotros, para nosotros y por nosotros y suena egoísta tal vez pero es la única forma de tener más aciertos que errores, porque errar es de humanos pero es inhumano no cuidar nuestro corazón, es imperdonable que si somos capaces de lo imposible por las personas que amamos no hagamos nada por nosotros mismos.

Observaba fijamente la realidad de otra gente que pudo ser la mía y fue la única manera de entender que no era ese papel patético el que quería para mi vida. Porque valgo, porque merezco, porque deseo, porque anhelo, y no voy a conformarme nunca más con lo que se pueda, lo quiero todo, quiero lo mejor porque eso es lo que merezco, lo mejor de su tiempo, la calidad de que estar conmigo sea suficiente para saber que fuera de mí no habrá nada mejor.

A veces tenemos que ver a la cara a nuestro enemigo en la piel de otra persona para tener la objetividad de decir, te quería pero ya no más. Hoy decido por mí, hoy decido que mis logros son más importantes, que mi felicidad sólo depende de mí, que basta el amor de Dios y las bendiciones que nos regala cada día para abrir los ojos a una realidad más profunda y que edifica, el amor eres tú mismo, apuesta a ti mismo, cree en ti, ámate tal cual eres, porque si Dios, tu familia, tus amigos y hasta personas que no te conocen son capaces de ver tanta belleza y virtudes en ti pues cómprate un espejo enorme y mírate todos los días a los ojos, descúbrete cada día, ámate cada amanecer, cada respirar, conócete, mírate con el amor que los demás reconocen en ti porque eres tan especial que el gran poder de Dios está sobre ti.

Acepta lo bueno en ti, el amor es la solución, sonríele a la vida que de los obstáculos te libra Dios si confías. Y cuando algún cambio esté en tus manos toma la decisión de ser quien quisieras ser y si puedes imaginarte sonriendo has hallado tu camino.

Si puedes cambiarlo y te ves de forma exitosa, feliz no dudes, hazlo.

Recuerda que tu reflejo es lo que haces de ti y que los demás logran ver. 

Piensa como quieres verte a ti mismo a través de los ojos de los que amas y te aman.


Tu reflejo es lo que haces de TI.