Muchas veces los hombres se escudan en que no nos hacen lo suficientemente felices porque no somos capaces de decir lo que queremos o esperamos de ellos, y como toda mujer a veces ilusa o incomprendida siempre esperamos de esa persona un tanto de honestidad, honestidad en su forma de actuar más que de hablar porque aunque no tengo tanta edad pues llegamos a un punto en que ya sobran las palabras, porque nos cansamos de escuchar de algunos lo maravillosas, perfectas, increíbles, inteligentes y hermosas que somos y que tanto serían capaces de hacer por tener a su lado a una mujer como nosotras, pero no hacen absolutamente NADA! Cuando llegamos a este punto es cuando comenzamos a ser incrédulas y nos dicen: Mi amor es que yo siento que tu no crees en nada de lo que yo te digo! Y justo en ese momento les damos la razón y morimos de risa porque sencillamente Las Palabras se las lleva el viento!
Uno de los motivos por los que algunas mujeres que estamos claras no sólo en lo que queremos si no en lo que necesitamos de por qué no les damos una ayudadita es muy básico y sencillo, y es porque el amor les dura tan poquito que de todas las cosas bellisimas que son capaces de decir al comienzo de lo que uno espera sea una relación especial y diferente es porque aunque digan o crean querernos llegará un punto en el que dejarán de lado los sentimientos para dar paso a sus auténticas personalidades y quién puede juzgar lo que es correcto o no? A la final nosotras tampoco somos perfectas pero seamos claras, ¿Por qué tenemos que conformarnos con lo que ellos quieran o puedan ofrecernos? ¿Es que acaso no somos lo suficiente para exigir calidad en su trato hacia nosotras? Pues si, yo soy exigente, porque resulta que cuando decida entregarle mi corazón a un hombre tiene que ser EL HOMBRE, porque tan sencillo que yo no soy cualquier Mujer, y cuando llegue alguno que realmente pueda comprenderlo y esté a la altura de mis situaciones no será necesario que yo deba decirle cómo hacerme Feliz, porque soy Feliz por lo bendecida que soy pero quiero tener la tranquilidad de que el día de mañana cuando el amor sea más apacible no tenga yo que preocuparme por cambiar a nadie.
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