lunes, 6 de junio de 2011

Una luciernaga confiada...

Cómo es posible que alguien pueda herir a un ser tan hermoso como una luciérnaga? ¿Quién tiene la osadía de apagar su Luz? Un malvado sin alma... Sin alma... Todo lo que Dios ha creado es tan perfecto y hermoso como los atardeceres que nos regala el mar, espléndidos... Había una vez una luciernaga, que la hirieron, la hirieron profundamente, se sentía como un niño abandonado, humillado, lastimado, inocente sin poder entender por qué ese malvado le había hecho tanto daño...? Desprotegida, así se sentía algunas veces... Pero su fé la mantenía en pie, su amor por su creador le hacía creer que él con su infinito amor por ella la levantaría y haría brillar nuevamente y con más resplandor que nunca, porque en el fondo de su corazón sabía que para eso había nacido... Para brillar... Y aunque entregó lo mejor de su alma sabía que fue buena, fue buena y su creador recompensaría todo ese dolor que sentía... Y sería la vencedora que tanto anhelaba...

Si Dios está a tu lado, tu tienes todo lo necesario para levantarte y CREER! Yo lo creo... Yo lo sé...

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